Señora, ¿le gusta mi pepino?

 Cucumis Sativus

Ésta es buena, sobretodo porque como que desde los ochenta llevaba clavada la espina del pepino, y hoy más o menos me la he sacado -ojo, no es que antes me la hubieran metido-.

Había una escena en una peli tipo Porky's, Despedida de Soltero o alguna de éstas, en la que un universitario salido y guarrindongo, de compras en el Súper, se le insinuaba a una cincuentona en el chiringuito de las hortalizas, y lo hacía, al tiempo que masajeaba un pepino, con una frase muy ocurrente: Señora, ¿le gusta mi pepino?

Esta mañana he ido al Mercadona a hacer la compra, básicamente a gastar doscientos o trescientos euracos en comida para perros y gatos. Normalmente cuando voy al Súper como que medioempino. No es que pille una erección de esas salvajes, pero sí que se me pone morcillona y saltarina, sobretodo porque me imagino que a todas esas amas de casa cornudas les echo una mano y les llevo a casa sus bolsas de la compra, donde aprovecho para forzarlas y follármelas por el culo mientras su perro mil leches me ladra e intenta mordisquearme los huevos.

Pues hoy, al fin, he hecho un Porkys.

Ahí estaba, en la sección de "Ofertas Verdura", una cincuentona con pinta de guarra comprando una bolsa de rúcula. Entonces me he dicho, "va, tío, hoy", y se la he soltado sin preaviso:

-¿quiere comerme el pepino, Señora?

¿Y sabéis lo que me ha dicho la muy puta guarra?

- Niño, el de la peli decía si le gustaba su pepino, no si quería comérselo.

- Gracias por lo de niño, madamme.